Ojos lejanos

Su mirada atónita se clavó sin poder reaccionar. Su corta edad lo dejó sin movimientos en el cuerpo ni sonidos en la lengua. Las luces del auto poco a poco se disiparon en la esquina dejando aquel callejón a oscuras, eran cortos los segundos y las decisiones estaban pasmadas ante la inminente soledad.
¿Qué hacer? ¿a dónde ir?
Correr detrás sólo le entregó pasos hacia el miedo, retroceder fue la única opción. Siempre fue así.

Sin adiós.

Comentarios

niño de menta ha dicho que…
Te leo de golpe, mientras creo poder hacerlo y sólo recibo bocanadas de realidad, no se sí pueda con ellas.

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