La vida que me tocó vivir

Las cosas pasan y pasan desde el momento en que naciste.

Hoy tengo 22 años e incrédula miro mi vida, miro mis años, miro mis fin de semanas, te miro a ti, a mi familia y a lo que queda de ella. Miro mis creencias, mi país y mis deseos. Miro lo que me trae mi imaginación, miro las cortinas de la pieza y la pared del pasillo, miro los peces en el agua lamiendo mis pies y escucho las canciones que me han hecho escuchar.

Una sensación especial invadió mi cuerpo el sábado. Era de noche y ya casi era Domingo, mis amigos de mi banda dormían agotados mientras el bus viajaba largas horas devuelta a la capital. Entonces me despierto en medio de todo ese silencio. Sólo oía la carretera pasar. Todo era silencio. Mis oídos aún yacían tapados tras el fuerte sonar de la Batería y recordar todo me hizo sentir el momento aún más callado. Aún más superado. Aún más pasado. Pensar dónde y qué hacía esa mañana me hizo caer en la cuenta... de todos esos días pasados, no tan lejanos, en que ha llegado la noche y ha sido más de un día el transcurrido en esas 24 horas.

¿Cuánto podemos hacer en un día?

¿Cuánto podemos hacer en un año?

¿Cuánto ha pasado?

Me ha tocado de todo. Ahora lo agradezco.
He nacido, he visto nacer, he tenido y me han quitado, he jugado y me he equivocado, he ganado, he aprendido, me he arrepentido, me ha dolido, me ha divertido, he gozado, he comido y he bailado. He llorado, pero no más de lo que he reído. Y he llorado un montón...
He agradecido, he disculpado, he pedido perdón y he olvidado, he recordado, he mentido, me he atrevido y he revelado. He besado. He amado y he odiado. Me he ido y he regresado.

He visto pasar por delante la vida que estoy llevando, tomo aire y suspiro fuertemente para guardar esas sensaciones a las que he tratado de nombrar, sin encontrar al responsable. Está escondido. Escondido entre los que odio (é), los que amo (é) y los que ignoro (é).

Ahora veo el espejo y estoy yo, me costó reconocerme. Estoy en una nebulosa de emociones incontrolables, tratando de explicar algo inexplicable. Me doy vueltas tratando de no pisar clichés y sólo me encuentro con rodeos.

Pero ahí estás tú, amándome. Tú, queriéndome. Tú, extrañándome. Tú, odiándome. Tú, criticándome.
Y yo todo eso también.

Y así las emociones y sensaciones, los olores y sabores me hacen incrédula ante mi propia suerte.

Que suerte tengo.

Que viva he vivido.

Que vida he llevado.

Cuánto amo.

Cuánto agradezco.

Cuánto perdono.

Cuánto me agrada ponerme mis zapatos cada mañana. Aunque sus cordones me hagan caer de vez en cuando.

Y suspiro profundamente otra vez.

Y temo morir por no seguir viviendo.

Y esa música que me levanta los pelos.


Y se me ocurren cosas y no se me ocurre nada.

Desde aquí: Un fuerte suspiro

Comentarios

Anuka Delang ha dicho que…
Hay una canción que su coro dice: "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida"

y hay otra que va: "como han pasado los años.. las vueltas... que dio la vida"

De igual manera me encanta hacer un recuento de todo lo que he vivido y sufrido en mis miserables 22 años, y pensar en todo lo que falta aún...


Y a veces todo esto se resume en un suspiro como bien dijiste.

Entradas populares