Para el viaje

Hoy vengo con una entrada corta que contar.

Entre risas el otro día recordábamos con una amiga aquello que la música provoca en nosotros durante esos ya rutinarios viajes en micro, en metro o en auto. Aquello que la música provoca en nosotros, convirtiéndonos en reales simpáticas muestras de idiotez y "orangutancia" en la vía pública.

((Nota: Ingresar "orangutancia" a la base de datos de la real academia de habla gatotuertiana))

Me pasa, muy a menudo por lo demás, que la música me desemboca de manera directa y sin frenos una sencilla y simpática PELÍCULA.
Creo en mi mente una no menor variedad de videoclip, animaciones, películas y hasta simples escenas con lo que estoy escuchando. Y no es cualquier mamarracho el que imagino, no señores... es de calidad.

Desde mi silla y mi anonimato voy grabando con los ojos todo lo que me rodea, a tiempo con la canción voy pestañeando (produciendo CLARAMENTE los cambios de plano, escena o toma). Así también escojo -sobre la marcha- a los que serán los protagonistas del video en cuestión.
¡Es más! llegado el climax de la canción abro los ojos a más no poder para darle intensidad a las escenas, mientras continúo mirando y trabajando arduo por lograr buenas tomas.

Ok. Ahora mientras yo sigo en eso haremos el ejercicio de abstraernos de mí.
Muy bien.
¿Qué ven?

A una psicópata.

¿Qué pensará la gente de mí mientras yo estoy en mi submundo personal musical?

Viajar requiere de muchas cosas, aparte de tiempo y dinero.
Requiere de una decisión, de una esperanza, de un deseo y de un (por mínimo que sea) objetivo.
Más importante aún, requiere de un acompañante. Ese puede ser él. Puede ser ella. Ellos. Yo. Un libro, un notebook, mi celular o mi reproductor de música. Pueden ser tantas cosas...

En lo personal, no importa la decisión, no importa el objetivo ni quién se sentó a mi lado... si mi acompañante es la música nada de eso me importa. Aunque me vean con los ojos semi-afuera psicopateándo a los demás.

Eso por un lado...
A veces también suelo cerrar los ojos y pensar. Pero ahí no requiero rodajes.


Desde aquí, gatitos, es increíble lo que inventamos para entretenernos.